Domando el invierno

El invierno ha llegado. Es momento de una profunda crisis. La naturaleza murió, junto con el oso en su madriguera, en el vientre de la tierra. ¿Volverá la primavera? ¿Brotará la semilla, oculta bajo el manto de nieve? ¿Triunfará la vida este año, otra vez?
El invierno europeo está lleno de carnavales. Pero si uno deja la ciudad y se adentra en los valles más remotos, en las pequeñas aldeas agarradas de las laderas de las montañas, se encuentra con festejos distintos del carnaval que todos conocemos. Cada ritual tiene su especificidad, sus personajes enmascarados peculiares, y se vive distinto en cada lugar. Pero hay algo recurrente en todos los rituales invernales documentados en Domando el invierno. Siempre encontramos disfraces similares, con pieles de animales y sonoros cencerros de ganado. Siempre encontramos el mismo tema: la muerte de la presa, la caza que nos lleva lejos, de las aldeas europeas a los bosques siberianos.
¿Qué hilo entreteje los festivales de caza siberianos con los rituales invernales de máscaras en Europa? ¿Qué simbologías se ocultan tras estos extendidos festejos circumboreales, cuyos orígenes se remontan a un pasado común profundo, más profundo que el que suelen reconocer sus propios participantes?
Domando el invierno documenta distintos carnavales desandando el desarrollo histórico del personaje que subyace a todos estos rituales, sucesivamente divinizado y demonizado a lo largo de los siglos: el oso.
Presenciando distintos carnavales, desde Cerdeña hasta el Tirol, desde el País Vasco al Piamonte, acompaña al espectador a lo largo de tres actos: la cercanía que sentían diversos pueblos de toda Eurasia con ese animal y el carácter divino que le atribuían; el invierno, la “muerte” estacional del oso en su hibernación bajo tierra, su demonización y las prohibiciones de sus rituales por parte de la Iglesia católica; y su renacimiento en primavera, que, al igual que los rituales, trae consigo de vuelta la vida y la fertilidad.